Tal vez lo primero que te sorprenda es
oír decir que el matrimonio es una
vocación, pues normalmente asociamos
vocación só1o y exclusivamente con el
sacerdocio y la vida religiosa. Pero no
es así. Comencemos reconociendo algo
evidente para nosotros y es que Dios
creó al hombre y a la mujer, y les
invitó a vivir juntos, les llamó a
compartir una vida y formar una familia,
de ahí que el matrimonio sea vocación,
y que como tal está bendecido por Dios.
El matrimonio lo podemos definir de
muchas maneras y todas ellas bellas y
ricas, pero tal vez una de las más
acertadas sea decir que es una
comunidad de vida y amor, en
donde se comparte todo y se busca la
felicidad mutua entre los esposos. Ahora
bien, en el matrimonio cristiano existen
dos características constitutivas y
esenciales: que sea un matrimonio entre
un hombre y una mujer, a lo que llamamos
la unidad del matrimonio.
Y que sea un proyecto de vida para
siempre, lo que entendemos por la
indisolubilidad del matrimonio.
Y todo ello porque el matrimonio tiene
un significado e importancia
esencial para la fe cristiana,
pues representa la unión amorosa y
para siempre de Cristo con la Iglesia.
Me imagino que rápidamente te han
surgidos algunas preguntas e
interrogantes, pero no puedo detenerme
demasiado en ellas, baste decirte algo
de forma sencilla y resumida. Con
relación a la unidad de un hombre y una
mujer, te diré que aquí estamos hablando
de un matrimonio cristiano, y que no
entramos en valorar y juzgar otras
opiniones y opciones de vida. Para Jesús
y su evangelio el matrimonio esta
formado só1o y exclusivamente por un
hombre y una mujer. Y con relación a la
indisolubilidad del matrimonio, te diré
que para el cristiano no existe el
divorcio, el matrimonio cuando es válido
y lícito, cuando se ha celebrado en la
iglesia y consumado en la relación
íntima de los esposos es un matrimonio
para siempre. Otra cosa es cuando se ha
demostrado que antes de la celebración o
al menos de la relación íntima, ha
habido algún impedimento que no se ha
dicho, como por ejemplo engaño,
enfermedad, condiciones, etc. entonces,
y aunque se demuestre mucho tiempo
después se declara la nulidad del
matrimonio, es decir nunca hubo
matrimonio, que no es lo mismo que
divorciar a la pareja, pues si el
perjudicado lo hubiese sabido antes de
la boda, no se hubiese casado.
Te estarás preguntando qué pasa con esas
parejas irreconciliables y que se tienen
que separar por distintos motivos. Es
cierto, la separación es posible, pero
como continúan casados no se pueden
volver a casar. Se que es difícil de
comprender y que incluso puede parecer
injusto, pero es un problema teológico
aún no resuelto, aunque se intenta de
verdad por parte de la Jerarquía de la
Iglesia. Siento no poder extenderme más,
pero creo que no es el objeto de esta
página vocacional, basta con algunas
ideas fundamentales.
Ahora bien, cuando hablamos de
matrimonio no debemos de olvidar que
aparte de ser un vocación, está
fortalecido con la gracia del
sacramento del matrimonio, es
decir no es só1o una promesa o
compromiso entre un hombre y una mujer
que se quieren, sino que además está
bendecido por Dios, por la fuerza del
sacramento.
Reflexión y
diálogo:
¿Pensabas que el
matrimonio es una
verdadera vocación y
no lo “normal”?
¿Cómo valoras el
matrimonio, te
gustaría formar una
familia?
¿Qué opinas del
matrimonio cristiano
y de sus
características?
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