Verdaderamente nos
podemos sentir dichosos por haber
recibido la fe, que es un don
gratuito que Dios da a la persona, y
que sólo depende de nosotros hacerlo
crecer y fructificar. Pero el don de
la fe es para ser vivido en
comunidad, no es algo
intimista y particular, al contrario
es un regalo de Dios para
compartirlo y vivirlo
sirviendo a los demás, que
esa es la actitud fundamental del
cristiano, la de servir y buscar,
recordando el ejemplo del payaso que
aunque este mal personalmente,
siempre desea hacer felices a los
demás.
Comienzo este párrafo
disculpándome, pues lo que pretendo
hacer puede parecer algo
irresponsable y atrevido por mi
parte: resumir en cuatro ideas lo
fundamental del mensaje cristiano.
Pero dado que esta página vocacional
no es un tratado de teología, ni
tampoco pretendo dar respuesta a
todos los temas cristianos, me
atrevo a hacerlo. De ahí que a la
pregunta ¿Cómo se vive
la vocación cristiana? La respuesta
esquemática puede ser la siguiente:
Amor a Dios.
Dios nos ama a cada uno de nosotros
tal y como somos, sin condiciones.
Otra cosa es que tengamos que
intentar verdaderamente ser cada día
más maduros, más coherentes y más
fieles a Él. Por ello también
nosotros tenemos que amarlo a Él,
con libertad y agradecimiento.
Amor al prójimo.
Todas las personas, conscientes o no
de ello, somos hijos de Dios. Y por
lo tanto el amor incondicional a
todos tiene que ser el estilo de
nuestra vida, el valor humano más
importante y práctico que ilumine y
guíe nuestras actitudes y
comportamientos.
Desde la Iglesia. Como ya dije antes la fe se vive en comunidad, no por
libre, aislado de los demás cristianos.
Sin olvidar que la Iglesia la
constituimos todos, y que debemos tender
cada vez más hacia una Iglesia
comunitaria, donde todos vivamos y
celebremos nuestra única y común fe
cristiana, en corresponsabilidad y
colaboración.
Necesitados de la
Gracia y del Perdón de Dios.
Pues como no somos dioses y somos
limitados, cometemos pecados. De ahí
que necesitemos de vez en cuando del
perdón misericordioso de Dios y de su
gracia para renovar nuestra vida y
nuestros compromisos cristianos. Y no
olvides nunca que Dios perdona siempre,
sólo tenemos, una vez arrepentidos, que
pedirle perdón e intentar luego serle
más fieles.
Reflexión y
diálogo:
¿Crees que es
importante vivir la
fe en comunidad, en
fraternidad, en
grupo?
¿Para ti cuáles son
las características
fundamentales de la
fe cristiana?
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