VOCACIÓN: Estudios y conferencias

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Encuentro de Guardianes de la Conferencia Ibérica de Capuchinos (CIC), en Loyola, 19??

 

  

TODOS LOS HERMANOS SOMOS ÚTILES Y NECESARIOS

 PARA LA PASTORAL VOCACIONAL

 

 

PREMISAS

 

 

Antes de entrar en el desarrollo de esta ponencia, creo oportuno plantear unas premisas que nos ayuden a enmarcar adecuadamente el contenido de la misma.

 

1º         Dios es el único que llama a una persona a seguir una vocación, nosotros somos sólo mediadores.

 

2º         Nuestra Pastoral Vocacional debe compaginar inseparablemente las aportaciones de cada hermano en particular, con las de toda la fraternidad local.

 

3º         Sin menospreciar al resto de los hermanos de la Provincia y entendiendo franciscana­mente los cargos, los Ministros Provinciales y Definidores y los Guardianes, son el fundamento y cimiento indispensables para programar y desarrollar una Pastoral Vocacional Provincial.

 

4º         Nuestra Conferencia Ibérica de Capuchinos representa una gran variedad de pueblos, culturas y espiritualidades. De ahí que nuestros esfuerzos deben ir encaminados al mutuo enriquecimiento, a recobrar esperanzas e ilusiones, a saber valorar y respetar las distintas perspectivas y experiencias de las otras Provincias.

 

5º         Voy a hacer una presentación más bien a nivel general de la colaboración de los hermanos en la Pastoral Vocacional, sin ceñirme, aunque sí lo asumo, al esquema "ad intra" y "ad extra" de las orientaciones generales de Pastoral Vocacional para toda la Orden dadas en 1993, dado que con posterioridad serán ampliamente desarrolladas por otros ponentes.

 

Mi exposición se desarrollará de la siguiente manera: una primera parte acerca del Hermano y la Pastoral Vocacional, la segunda sobre el Guardián y la Pastoral Vocacional, y la tercera referida al Provincial y Definitorio y la Pastoral Vocacional, para terminar con unas conclusiones.

 

 

 PARTE I

 

 

        EL HERMANO Y LA PASTORAL VOCACIONAL

 

 

1.         RELACIÓN ENTRE CADA HERMANO Y EL EQUIPO VOCACIONAL

 

La relación existente entre cada hermano en particular y el Equipo Vocacional de la Provincia, parte de dos realidades diferentes, pero complementarias entre sí e imprescindibles si de verdad queremos hacer una auténtica Pastoral Vocacional. La Provincia necesita de un Equipo Vocacional que trabaje en este servicio,[1] pero éste debe de hacerlo unido al resto de los hermanos, pues de alguna forma son sus representantes, sus brazos extendidos hacia los jóvenes, y hacia las vocaciones.[2]  De aquí que no tenga sentido que los miembros del Equipo trabajen por su cuenta, como francotiradores e independientemente de todos. Pero tampoco tiene sentido la actitud de algunos hermanos de desentenderse del tema vocacional diciendo "que se encarguen los que están destinados a eso", como "lavándose las manos o quitándose el muerto de encima", y pensando que "el problema de las vocaciones" es cosa exclusivamente del Equipo.

 

Durante este Encuentro os invito a ser muy sinceros y a hacer una revisión fraternal con el fin de buscar soluciones para el futuro. No consiste en echarnos la culpa unos a otros diciendo "no colaboran" o "no me dejan colaborar". Unas veces es el Equipo el que no cuenta con el resto de los hermanos de la Provincia, y en otras ocasiones aunque éste desee y pida la colaboración de dichos hermanos, estos no lo hacen, entrando así en un círculo vicioso de "dimes y diretes" que no ayudan a nada. Con dichas actitudes se están desperdiciando muchas energías e incluso vocaciones. Tal vez ha llegado la hora de aunar esfuerzos, iniciativas e ilusiones y sobre todo de unirnos para poder así trasmitir la alegría de ser Capuchinos y poder ofrecer nuestra vocación a tantos jóvenes que buscan la suya, y que podrían ser nuestros futuros hermanos.

 

2.         CADA HERMANO ES ÚTIL Y NECESARIO PARA LA PASTORAL VOCACIONAL

 

Comenzar afirmando que "todos y cada uno de los hermanos somos útiles y necesarios en la Pastoral Vocacional de la Provincia"[3] puede resultar para muchos de vosotros poco creíble, o algo obligado para mí en estos momentos. Pero os tengo que decir, y lo hago con total libertad y convencimiento, que dicha afirmación constituye para mí el principio fundamental sobre el que debemos construir toda nuestra Pastoral Vocacional. No tengo nada mágico para demostrarlo, pero sí que os puedo asegurar que sino creyera en ello no estaría aquí. Intentaré compartir mis razones, no tanto teóricas y doctrinales, pues esas ya las sabéis todos, sino más bien existenciales y fruto de la experiencia de cada día, confiando no sólo en convenceros, sino dejaros lo suficientemente inquietos e ilusionados, para que deseéis también vosotros convencer al resto de los hermanos de vuestras Provincias que no están presentes en nuestro Encuentro.

 

 Es importante dejar claro desde el principio que no voy a ofrecer ni recetas ni fórmulas matemáticas por medio de las cuales cada uno de los hermanos se conviertan en perfectos agentes de Pastoral Vocacional . No es ese mi objetivo, pues estoy convencido de que todos los hermanos tenemos muchas cosas positivas para la Pastoral Vocacional. El problema está en que no nos lo creemos. Nos fijamos en aquello que no sabemos, en la falta de preparación específica, en las deficiencias personales y en todo aquello que sólo conduce al desánimo y a la desilusión. Ahora bien, no quiero caer en la ingenuidad de pensar que no existen dificultades y problemas a la hora de trabajar en la Pastoral Vocacional. Es cierto, ni siquiera lo pongo en duda. Pero no es menos cierto que si creyéramos más en nosotros mismos y si fuésemos más confiados en la asistencia de Dios, se eliminarían muchas de las barreras y de las trabas. El reto que tenemos todos es el de pasar de la teoría de que todos los hermanos cooperan o colaboran en la Pastoral Vocacional,[4]  a la realidad de que cada hermano, desde su forma de ser y vivir, desde su servicio y trabajo, se sienta valorado, útil y necesario para dicho servicio vocacional.

 

2.1.      Nadie es perfecto, todos tenemos cosas positivas y negativas

 

Cuando a un hermano le plantean la posibilidad de colaborar con la Pastoral Vocacional, por regla general comienza a decir: "yo no estoy preparado", "yo no se qué hacer", "yo ya estoy anticuado", "yo no entiendo a los jóvenes de hoy", etc. En el fondo se está infravalorando, Dicho de otra manera, es tanto lo que cree que debe saber para ser útil a las vocaciones, que lógicamente como no lo tiene, se desanima y se retira. Pero atención, yo creo que no lo tiene ni él, ni yo, ni ninguno de nosotros; pues nadie es perfecto, todos tenemos valores y virtudes, sombras y limitaciones, esta es una realidad que nunca podremos evitar.

 

En otras ocasiones cuando nos planteamos la posibilidad de ayudar a la Pastoral Vocacional podemos caer en un error: pensar que para poder ser útil lo primero que tengo que ser es un Capuchino de verdad, una persona madura y adulta, un hombre de Dios, y luego cuando tenga esos mínimos indispensables de coherencia y fidelidad, entonces podré pensar en hablar a un joven de vocación. Hermanos, esto es algo, y perdonar la expresión, utópico e irrealista, algo así como qué fue primero el huevo o la gallina. Es cierto que para hablar de vocación lo más importante es el testimonio de vida, tanto personal como comunitario.[5]  Pero no es menos cierto que por mucho que nos empeñemos siempre encontraremos fallos, incoherencias y pecados. Por un lado debemos tender a vivir lo más fiel posible al Señor y a nuestra vocación capuchina. Pero por otro lado, ser lo suficientemente humildes para reconocer que es Dios quien nos manda a ser instrumentos suyos, mediadores entre El, que llama, y el joven, que responde.[6]  Por todo ello no debemos desanimarnos. Es necesario mirar en cada uno de nosotros todo lo que hay de positivo, valioso y noble para ponerlo al servicio del Reino; y en este momento ese "reino" significa las vocaciones.

 

2.2.      Tenemos una gran vocación: Somos hermanos franciscano-capuchinos

 

El Señor nos ha regalado la vocación de ser hermanos de Francisco de Asís.[7]  Y esto tiene que ser para nosotros un gran motivo de ilusión y vida. Dicen nuestras Constituciones en el número 15,1 que "la solicitud por las vocaciones procede principalmente del propio convencimiento que tienen los hermanos de vivir ellos mismos y ofrecer a los demás un ideal de vida riquísimo de valores humanos y evangélicos." Pero esto no se puede quedar sólo en un texto constitucional, sino que de verdad debemos creerlo, pues de lo contrario es imposible que vivamos nuestra propia vocación de manera libre y feliz.

 

Francisco de Asís sigue siendo un santo actual, atractivo para jóvenes y mayores, para creyentes y no creyentes, por lo tanto si nosotros somos sus hermanos, debemos sentirnos orgullosos y felices de serlo, y de ahí la necesidad de proclamarlo a todos e invitarles a venir a nuestra familia capuchina.

 

2.3.      Los jóvenes quieren ver y conocer la realidad de nuestra vida y vocación

 

En ocasiones nos preguntamos qué es lo que los jóvenes buscan en nosotros, cómo tenemos que presentarnos para ser un atractivo vocacional. La verdad es que los jóvenes no buscan en nosotros modelos de marketing, ni fraternidades perfectas. Al contrario, todo eso suena y huele a montaje, a cierta falsedad, a propaganda barata. Las personas de hoy, y especialmente los jóvenes, buscan y quieren ver a religiosos normales, que se esfuerzan por vivir fiel y alegremente su propia vocación, que saben reconocer y agradecer a Dios todos los dones y gracias que reciben, pero que también se reconocen pecadores y con fallos.[8]

 

Hermanos, si aceptáramos esta visión y expectativas de los jóvenes, creo que nos animaríamos mucho. Pues ellos saben que tenemos y vivimos cosas buenas, pero que también tenemos y vivimos deficiencias  y esto no les asusta, ni les escandaliza. Lo que les asusta y escandaliza es la hipocresía para no reconocer lo bueno y esconder lo malo. Eso sí que es negativo, eso sí que espanta vocaciones. Y además, si somos sinceros y realistas, a pesar de nuestras deficiencias, la verdad es que no somos tan malos. En nuestras fraternidades no se vive en la ilegalidad, ni nuestros comporta­mientos no son tan bajos y rastreros como para escondernos y no querer que ni siquiera nos vean. No tenemos que ser tan pesimistas, pues transmitimos una imagen irreal de nuestra vida. Dado que el clima general de nuestras fraternidades es el normal al de cualquier otra familia. Así pues, demos a conocer nuestra vida con sinceridad y normalidad, que los jóvenes nos lo agradecerán.

 

2.4.      Todos somos ayuda para los jóvenes que disciernen su vocación capuchina

 

Todo hermano, cada uno desde su realidad personal, puede y debe ser una ayuda vocacional para todo joven que discierne su vocación.[9]  Pues aunque es cierto que lo ideal sería que cada hermano contase con una cierta preparación para ello, no es menos verdad que un buen sentido común y una vivencia auténtica de la propia vocación, constituyen ya de por sí la base esencial para todo acompañamiento vocacional. Por eso hermanos, tenemos que animarnos y saber descubrir y reconocer los dones y gracias que el Señor nos ha dado a cada uno de nosotros, saber estar cerca de las personas que piden nuestra ayuda, nuestras oraciones, o un rato de conversación para conocernos y orientarles. Y esto lo sabemos y podemos hacer todos. Y si llegado el momento creemos no saber o no poder más, entonces ser lo suficientemente humildes y sencillos como para mandarlo a otro hermano que pueda seguir ayudándole.

 

 

3.      ¿ CÓMO SER ÚTIL Y NECESARIO PARA LA PASTORAL VOCACIO­NAL ?

 

A la hora de presentar algunas sugerencias prácticas para los hermanos asumo  las que nos ofrecen las orientaciones generales sobre Pastoral Vocacional,[10]  y que serán desarrolladas en nuestro Encuentro por otros ponentes. Aquí trataré algunas aportaciones que considero significati­vas para que todos los hermanos colaboren en la Pastoral Vocacional.

 

3.1.      La oración es la mejor ayuda para las vocaciones

 

No es necesario que me extienda en los valores y efectos  que la oración tiene para el nacimiento y maduración de las vocaciones, pues es algo bien conocido de todos. La oración es sin duda lo más importante en toda actividad de Pastoral Vocacional. De ahí que si asumimos que la oración es el medio más necesario e importante de la Pastoral Vocacional, esta se convierte en el gran cauce de colaboración para que todos los hermanos se sientan útiles y necesarios.

 

Es un error grandísimo, al menos para mí, creer que es más importante el trabajo de un hermano, que programa y desarrolla una enorme actividad vocacional con los jóvenes, por medio de reuniones, convivencias, entrevistas, celebraciones, etc., que aquel que queda en casa o está enfermo y que sólo puede ofrecer un rato de oración o el sufrimiento de su enfermedad. Sin quitarle importancia a uno para dársela a otro, lo que ahora quiero resaltar es la insustituible ayuda de la oración para la Pastoral Vocacional, y esta ayuda la pueden ofrecer absolutamente todos los hermanos, desde los más jóvenes hasta los ancianos. Qué poco cuesta y cuánto vale, decirle a un hermano que rece por esta o aquella posible vocación, o por la próxima convivencia o entrevista vocacional, o que rece por el Equipo Vocacional. Pueden parecer pequeñeces, pero no lo son, pues por un lado hacemos que dicho hermano se sienta valorado, tenido en cuenta, útil y necesario para que la Pastoral Vocacional de la Provincia funcione bien, y por otro lado recibimos de él lo más importante e imprescindible: orar al Dueño de la mies para que envié obreros a su mies, para que nos conceda el don de nuevos hermanos.[11]

 

3.2.      Aliento y apoyo al Equipo Vocacional

 

Una de las cosas que más nos desagrada a los que formamos parte de un Equipo Vocacional, es la sensación de francotiradores, de dejados de las manos de los hermanos, como si las vocaciones fueran cosa nuestra y para nosotros. Esto es un fallo que conduce al cansancio, desánimo y abandono de este servicio tan importante y urgente para todos.

 

Fijaos qué gran ayuda supondría que los hermanos preguntaran al Equipo o al hermano encargado de las vocaciones, cómo les va, qué hacen, cómo le pueden ayudar, manifestarles su cercanía, su apoyo, su ánimo. Y decidme, ¿es que esto no lo podemos hacer todos los hermanos?, ¿es que hace falta una preparación específica para realizarlo? No. Todos lo sabemos; es más, sabemos por propia experiencia que una palabra de ánimo y apoyo vale muchísimo. Por favor, no creáis que es algo tonto pediros esto, no es así, al contrario, supone mucho para aquellos hermanos que trabajan en la Pastoral Vocacional. De ahí que todos y cada uno de los hermanos de la Provincia, tienen que valorar como algo importante esa acogida, esa palabra de ánimo a estos hermanos, y pensar que así colaboran eficazmente al desarrollo de la misma, aunque aparentemente no se ve; como tampoco vemos los cimientos que sostienen los conventos, pero sino estuvieran, lo que no veríamos serían los conventos.

 

 

3.3.      Colaboración práctica

 

Cuando se habla de colaboración práctica en la Pastoral Vocacional rápidamente se piensa en la participación en convivencias vocacionales, en reuniones, en hacer alguna entrevista con un joven, en acompañar una vocación, etc. Y es cierto que éstas son maneras de colaborar en la Pastoral Vocacional, pero no son las únicas.

 

La colaboración práctica en la Pastoral Vocacional no tiene límites ni fronteras, sino que se abre a todo aquello que repercute en el buen desarrollo de dicha pastoral.[12]  Como por ejemplo, el ayudar a preparar los locales para una la convivencia o reunión; el echar una mano a descargar y organizar los materiales; el preparar la propaganda o las cartas; el recoger una revista, un artículo o unas estampas vocacionales para el Equipo; el pasar los recados y las comunicacio­nes a su tiempo, etc. Cosas que como veis son cotidianas y normales, pero que son muy importantes y necesarias para que funcione bien nuestra Pastoral Vocacional, pues no consiste todo en trabajar para los de fuera, en muchas ocasiones es más importante la colaboración y el apoyo, sencillo y real, que desde dentro ofrecen los hermanos a los encargados de dicha pastoral.

 

3.4.      Acogida a los jóvenes vocacionados

 

Hemos llegado ahora a un tema vital para la Pastoral Vocacional: la acogida que dispensamos a los jóvenes vocacionados.[13]  Aquí sí que podemos colaborar todos, y de verdad que es muy importante. Dice el refranero que "un gesto vale más que mil palabras", y es verdad. No tiene sentido que estemos hablándole a un joven, en reuniones y convivencias, de lo que es la fraternidad, los hermanos, el sentido de familia, y después cuando un día lo invitamos a venir y compartir unos momentos con nosotros, nuestra acogida es nula, fría o a lo mucho respetuosa. No estoy pidiendo grandes cosas, no pido que se hable largamente con él, ni plantearle temas o argumentos de discernimiento vocacional. Para eso existen otros momentos. A lo que me refiero es a un saludo de verdad, cariñoso, atento; a una invitación a pasar y sentirse en su propia casa, a poder preguntarle por cosas superficiales pero que demuestran el deseo de conocerle y acogerle. Creo que me entendéis todos lo que quiero decir. Y por favor, no caigamos en el error de pensar que "quien no se mete en nada, quien se queda en un lado en el refectorio, intentando pasar desapercibido, o quien sigue leyendo o viendo la televisión sin levantarse para saludar" ese no influye negativamente. Esto es un error muy común en nuestras fraternidades, pues hoy día los jóvenes son muy sensibles a los gestos pequeños pero muy significativos.

 

Como os decía antes, esta acogida es fundamental en Pastoral Vocacional, son numerosos los hermanos de hoy, que se decidieron por nuestra Orden gracias a la acogida de algún hermano, que le hizo sentirse en su casa desde el primer momento y que fue recibido con muestras de alegría y simpatía. Todos sabemos que el Señor se vale de esos pequeños signos para conducirnos a cada uno a nuestra vocación. Por eso os invito a que os creáis que sois muy necesarios y útiles a la hora de plantear e impulsar una adecuada acogida franciscana, que como sabemos se caracteriza por la alegría y la familiaridad.

3.5.      Opinión acerca de los jóvenes vocacionados

 

A la hora de dar una opinión acerca de la posible vocación de un joven, aquí es fundamental la información y las aportaciones de todos los hermanos de la fraternidad.[14]  Es cierto que no todos podrán dar la misma opinión, ni con el mismo nivel de preparación, pero eso no excluye a ningún hermano. En la vida religiosa, y en la vida en general, lo más importante en la persona no son los títulos y diplomas académicos, sino el buen sentido común y una cabeza bien hecha. Lo que más valoramos en un hermano es su esfuerzo por vivir como buen fraile, su experiencia de vida, de oración, de trabajo. De ahí que sea importantísima la opinión, lo que le parece, lo que piensa acerca del joven que ha pasado unas horas o días con nosotros. Tal vez no todos sepan decirlo técnicamente, con palabras exactas y precisas, pero tampoco hace falta. En muchas ocasiones esa frase que dicen "no se por qué pero, hay algo que no me gusta en ese joven", puede ser muy iluminadora. Por eso os animo a sentiros muy útiles y necesarios a la hora de dar vuestra opinión sobre una vocación, aunque parezca insignifican­te. Muchas veces sois vosotros los que gracias a esas pequeñas observacio­nes nos dais luz y fuerzas para decidir en un sentido u otro.

 

 

PARTE II

 

         EL GUARDIÁN Y LA PASTORAL VOCACIONAL

 

 

1.         RELACIÓN ENTRE EL GUARDIÁN Y EL EQUIPO VOCACIO­NAL

 

Después de haber visto cómo todo hermano puede ser un buen instrumento vocacional, paso ahora a tratar de forma particular la función que desempeña el Guardián en el desarrollo de la Pastoral Vocacional en su fraternidad.

 

En primer lugar, es importante recordar la estrecha unión que debe de existir entre el Guardián y el Equipo Vocacional, pues de lo contrario será difícil que el Plan Provincial y Local de Pastoral Vocacional se pueda realizar de forma adecuada y fraterna. Por un lado, el Equipo debe de salvar y respetar la autoridad del Guardián[15]  y contar con él a la hora de programar algunas actividades. Pero, por otro lado, el Guardián también tiene que facilitar la labor del Equipo. Si ambas partes tienen claro que son instrumentos del Señor y de los hermanos puestos al servicio de las vocaciones, las cosas pueden funcionar muy bien. Si sabemos estrechar las relaciones unos con otros, la Pastoral Vocacional se convertirá en algo esencial en la programación de la fraternidad, y así surgirá espontáneamente la necesidad de transmitir la propia vocación y la ilusión para que, de entre los jóvenes que frecuentan dicha fraternidad, el Señor nos de un nuevo hermano.

 

2.         EL GUARDIÁN ES ÚTIL Y NECESARIO PARA LA PASTORAL VOCACIONAL

 

Hermanos Guardianes, no quisiera caer en una alabanza falsa y cumplidora, no es ese mi propósito, pero deseo con todas mis fuerzas que vosotros toméis conciencia, y una conciencia humilde pero comprometida, de que sois muy importantes y necesarios para el buen funcionamiento de la Pastoral Vocacional provincial. Como bien sabéis el Equipo Vocacional va y viene a la fraternidad, el Provincial y los Definidores van y vienen a la fraternidad, pero sois vosotros los que os quedáis, los que permanecéis el ella día tras día, conociéndola de verdad. De ahí que vuestra misión y mediación sea insustituible, sea valiosísima. La colaboración o no de un Guardián es vital para el desarrollo de la Pastoral Vocacional, y yo diría incluso que para el futuro vocacional de la Provincia.

 

2.1.      El animador de la vida de la fraternidad local

 

Primeramente quiero deciros, aunque ya lo sabéis, que estáis llamados a desempeñar una misión fundamental para la vida religiosa: ser el animador de la vida de la fraternidad en general y de cada hermano en particular. Y sabéis que, en la medida en que cada hermano viva feliz su propia vocación y en su fraternidad, sentirá la necesidad de transmitirla. Eso supone la mejor base para la Pastoral Vocacional y sois vosotros los principales artífices para facilitar su consecución. Ciertamente que el primer responsable de eso es el mismo hermano, pero no es menos cierto que el Guardián puede favorecer el ambiente fraterno que lo posibilite. De ahí que vuestra misión sea importantísi­ma e imprescindible para la vida fraterna y para la Pastoral Vocacional.

 

2.2.   El coordinador de la actividad de la fraternidad local.

 

El Guardián no sólo tiene que animar y coordinar la vida de la fraternidad, sino también la actividad de ésta.[16]  Y es aquí en donde entra de forma más explícita su colaboración en la Pastoral Vocacional. Aunque se dice, y es verdad, que nuestra mejor actividad apostólica es la propia vida de Capuchinos, también debemos realizar algunas actividades que pongan de manifiesto esa vida, y los valores humanos y espirituales que encierra, para darla a conocer a los demás.

 

Hermanos Guardianes, a la hora de programar, potenciar y realizar las distintas actividades de la fraternidad, por favor, no olvidéis la Pastoral Vocacional. Sólo así, poco a poco, irá surgiendo en la fraternidad la necesidad, la ilusión y el compromiso por presentar y proponer nuestra propia vocación capuchina, y así los jóvenes y adultos que se sientan llamados a la vida religiosa podrán tener la posibilidad de ser nuestros nuevos hermanos.

 

3.      ¿ CÓMO SER ÚTIL Y NECESARIO PARA LA PASTORAL VOCACIONAL ?

 

Al igual que hice cuando hablé de los hermanos en general, aquí también me referiré a algunos ejemplos por medio de los cuales cada Guardián pueda colaborar más y mejor en la Pastoral Vocacional de su fraternidad. Como es de suponer partimos de la aceptación de las sugerencias prácticas presentadas en las orientaciones generales sobre Pastoral Vocacional,[17]  que serán desarrolladas posteriormente en nuestro Encuentro por otros ponentes.

 

3.1.      Animar al coordinador local de Pastoral Vocacional

 

En cada fraternidad debería existir algún hermano especialmente sensibilizado o dedicado al tema de la Pastoral Vocacional. En algunas provincias son nombrados directamente por el definitorio, en otras por las mismas fraternidades locales, y en otras, por, desgracia, no existen. En el caso de que la fraternidad cuente con este coordinador o delegado local, es muy importante tanto para él en particular, como para el Equipo Vocacional en general, que se sienta apoyado y respaldado por el Guardián.

 

No caigamos en la trampa de elegir a un hermano sólo para justificar nuestra conciencia o para rellenar el proyecto de fraternidad, y luego a la hora de la verdad dejarlo solo y que se quede todo en palabras bonitas. Para que esto no se produzca el Guardián juega un papel esencial, ayudando, tanto a la fraternidad como al mismo interesado, en la toma de conciencia de su importancia y su operatividad en la vida y actividad de la fraternidad. Cambia sustancialmente el servido que puede realizar un coordinador local cuando cuenta con el respeto y el apoyo de su Guardián, aunque en ocasiones, si hace falta, lo corrija y le prohíba cosas que no considere oportunas, pues la petición de apoyo y ayuda no está reñida con el acatamiento a la autoridad del Guardián.

 

3.2.   Potenciar y revisar el plan de Pastoral Vocacional: Capítulo locales

 

Cada fraternidad debe tener su propio programa de actividades de Pastoral Vocacional, que lógicamente nace del plan provincial. Dicho programa debe elaborarse de forma sencilla y concreta, según las posibilidades de cada fraternidad. Pero para que no quede todo en papel mojado, junto con el coordinador local y el resto de los hermanos, el Guardián es el elemento esencial para su realización. Pues de él depende en gran manera que se tome en serio, que se facilite todo lo necesario para su realización y que se revise su cumplimiento en los Capítulos locales.

 

Fijaos, hermanos Guardianes, si vuestra colaboración e interés por el tema es algo útil y necesario para la buena marcha de la Pastoral Vocacional. Vosotros sois los que hacéis el orden del día de los Capítulos locales y en gran parte depende de vosotros incluir y tratar en cada uno de ellos, como algo normal, el tema de la Pastoral Vocacional de la fraternidad.[18]  Esto que parece insignifi­can­te, será con el tiempo el mejor termómetro de la vida vocacional de la fraternidad, pues en él se corregirán los defectos y se potenciarán los logros. Por favor, no dejéis que en vuestra fraternidad el tema vocacional se trate sólo cuando se tiene que celebrar el día de la vocación capuchina o algo por el estilo. La vida está hecha de cosas y pasos pequeños, y el de tratar el tema vocacional en los Capítulos locales puede ser uno de ellos, pero os aseguro que abrirá un gran camino de esperanza e ilusión en cada una de vuestras fraternidades locales.

 

 

PARTE III

 

 

EL PROVINCIAL Y DEFINITORIO Y LA PASTORAL VOCACIO­NAL

 

 

1.         RELACIÓN ENTRE EL MINISTRO PROVINCIAL Y DEFINITORIO Y EL EQUIPO VOCACIONAL

 

Dando un paso más en nuestra reflexión, nos centramos ahora en el Provincial y sus Definidores, que constituyen la base sobre la que plantear y desarrollar nuestra Pastoral Vocacional. Partiendo de la existencia de un Equipo Vocacional en la Provincia, lo primero y más importante que el Provincial y Definidores tienen que hacer, en favor de dicha pastoral, es el mantener una estrecha y frecuente relación con el mencionado Equipo. Esto constituye el primer paso para el posterior desarrollo del Plan Provincial de Pastoral Vocacional.

 

Mirad, hermanos, el apoyo económico por parte vuestra es fundamental; el facilitar todos los medios y materiales necesarios también es esencial. Pero yo creo que sin despreciar aquellos, es mucho más necesario ese apoyo moral y fraterno; esa conversación fluida y sincera; ese mutuo interés por superar todos los obstáculos. La verdad es que cuando un Equipo Vocacional cuenta con el apoyo del Provincial y Definitorio su trabajo y su dedicación se multiplican por mil y nace la ilusión de animar al resto de los hermanos de la Provincia a colaborar en la Pastoral Vocacional. Esto no significa estar absolutamente de acuerdo en todo, ni supone una perdida de autoridad del Provincial y Definitorio en favor del Equipo, ni siquiera la omisión de las oportunas correcciones fraternas, si así se creen necesarias.

 

2.         EL MINISTRO PROVINCIAL Y DEFINITORIO SON ÚTILES Y NECESARIOS PARA LA PASTORAL VOCACIONAL

 

Hermanos Provinciales y Definidores, con este apartado de mi relación quiero que toméis conciencia de que sois imprescindibles para la Pastoral Vocacional provincial. Entre otros motivos que veremos seguidamente, baste ahora resaltar el más importante: sois vosotros los que tenéis que aprobar o no el Plan Provincial de Pastoral Vocacional y su aplicación directa y concreta.

 

2.1.      Los animadores de la vida de la Provincia

 

Ya sabemos que el servicio específico del Provincial y Definitorio es animar la vida de los hermanos y de las fraternidades,[19]  cosa que por otro lado no es fácil, pero que no deja de ser vuestra primera obligación, libremente aceptada.

 

Los hermanos de una Provincia que no sientan la necesidad de una Pastoral Vocacional, de vivir y trasmitir a los demás su propia vocación, están preparando un futuro pobre y desalentador, en donde sólo cabe preguntarse cómo se organizará la enfermería provincial y a qué edad podemos reservar habitación en ella. Perdonar hermanos mis palabras, pero más o menos las cosas irían por ahí, no creo que me equivoque demasiado. Pues bien, para que no se esté preparando un futuro así, o al menos durante el tiempo en que vosotros sois Provinciales y Definidores, tenéis la gran misión de animar a los hermanos en la vivencia esperanzada de su propia vocación, en el recobrar la ilusión por las vocaciones, y en que cada uno aporte aquello que sabe y puede hacer en favor de la Pastoral Vocacional. Este sería uno de los medios más seguros para revitalizar la Provincia, dado que un hermano y una fraternidad llena de vida y esperanza saben hacer frente a todas las dificultades y saben mirar el futuro con ojos de fe. Como podéis comprobar vuestros servicios Provinciales se convierten así en muy útiles y necesarios para la Pastoral Vocacional y para la vida de la Provincia.

 

2.2.      Los coordinadores de la actividad de la Provincia

 

El Provincial y Definitorio tienen que ocuparse de las distintas actividades de la Provincia. Una en la que más empeño deben poner es en la Pastoral Vocacional, dado que ésta constituye el común denominador de las demás. Por que esta afirmación. Muy sencillo: Si planteamos nuestras actividades desde una dimensión evangelizadora, sabemos que la Pastoral Vocacional propone vivir la vida y la fe a través de una vocación específica. Si por otro lado, nos planteamos las actividades como una misión y servicio desde nuestro carisma capuchino, entonces la Pastoral Vocacional se convierte en el eje de toda nuestra actividad. Y no digamos nada si nos planteamos el futuro de la Provincia y de la Orden, no ya por instinto de supervivencia, sino por el convencimien­to que tenemos de encarnar una forma de vida válida. No olvidemos que de lo que sembremos hoy, cosecharemos mañana. Si hoy nos limitamos a cuidar exclusivamen­te a los adultos y ancianos de nuestras iglesias y conventos, mañana estarán vacías. Es ley de vida. Si hoy sembramos actividades sin pensar en el futuro, sin esperanza de tener nuevos hermanos, y meramente por trabajar y recibir una paga, mañana cosecharemos "quiebras de empresas" o "cerrado por falta de personal". Perdonar tal vez mi crudeza, pero es necesario que tomemos conciencia de la urgencia de una Pastoral Vocacional auténtica y honesta.

 

Hermanos Provinciales y Definidores, vosotros tenéis en vuestras manos el centrar el tema de la Pastoral Vocacional de forma correcta y auténtica, o por el contrario como otra actividad más. Por favor, no caigáis en el error del "agobio por la supervivencia"[20]  y de ahí plantear y exigir pastorales un tanto alejadas del ideal evangélico y franciscano. Vosotros sois muy necesarios para la Pastoral Vocacional. Animaos y ofreced todas vuestras capacidades, ilusiones, motivacio­nes, sea lo que sea, para construir un poco más el futuro de vuestra Provincia. En el fondo creo que es el mejor servicio que nos podéis hacer al resto de los hermanos, y que nosotros, tanto en el presente, pero mucho más en el futuro, os agradeceremos sinceramente.

 

3.      ¿ CÓMO SER ÚTIL Y NECESARIO PARA LA PASTORAL VOCACIONAL ?

 

Ahora me gustaría presentar, al igual que lo hice para todos los Hermanos y los Guardianes, algunos de los posibles ejemplos en donde se ve la necesidad y utilidad del Provincial y su Definitorio en la Pastoral Vocacional. Como es de suponer partimos de la aceptación de las sugerencias prácticas presentadas en las orientaciones generales sobre Pastoral Vocacional,[21]  que serán desarrollados posteriormente en nuestro Encuentro por otros ponentes.

 

3.1.   Animar a los hermanos y a las fraternidades locales acerca de la Pastoral Vocacional

 

Las visitas del Provincial y Definidores a las distintas fraternidades de la Provincia pueden ser de varias formas, desde las que yo llamo "las visitas del médico", hasta "las visitas canónicas". Pero, entre ambos extremos, también existen otras que se realizan de forma programada y esporádica. Pues bien, tanto el Provincial como los Definidores, tendrían que marcarse como un objetivo fundamental en la animación de cada hermano y de cada fraternidad la dimensión vocacional. Por eso, hermanos Provinciales y Definidores, por favor, cuando asistáis a los Capítulos Locales o reuniones a los que sois invitados,[22]  o cuando habléis personalmente con un hermano, en la medida de lo posible, y creo que es bastante posible, plantead el tema vocacional. Animando y estimulando a todos los hermanos a vivir su propia vocación y a colaborar en la Pastoral Vocacional de la Fraternidad y de la Provincia.

 

 En vuestras manos está que el tema vocacional sea algo normal y presente en la vida y actividades de cada hermano y cada fraternidad. Acepto que existen otros temas muy importantes y urgentes, como pueden ser la formación, las distintas actividades apostólicas, la economía, el mantenimiento de los conventos, los proyectos comunitarios, etc. Pero, por lo menos, dadle la misma importancia a la Pastoral Vocacional, y sacadlo en la conversación, estimuladlo en su praxis, proponedlo para su revisión. Así, poco a poco, se convertirá en algo connatural a nuestra vida y actividad.

 

3.2.   Promover el Plan Provincial de Pastoral Vocacional

 

En Pastoral Vocacional no podemos ir improvisando cada semana o cada mes, no podemos dejar todo a la imaginación o creatividad de uno o de unos. Se tiene que programar de forma progresiva y concreta. Y para que esto sea eficaz tiene que ser asumido por todos los hermanos de la Provincia, empezando por vosotros Provinciales y Definidores. De ahí la necesidad imperiosa de que cada Provincia tenga un Plan Provincial de Pastoral Vocacional, inspirado en las orientaciones generales para toda la Orden, y que sea aceptado por todos los hermanos

 

Hermanos Provinciales y Definidores, sois vosotros los que más podéis urgir y motivar para la elaboración de dicho plan; sois vosotros los que podéis incidir en que sea lo más concreto y operativo posible; sois vosotros los que en definitiva dais la aprobación o no a dichos planes. Por todo ello vuestra opinión, vuestro interés, vuestro trabajo, se convierte en algo muy útil y necesario a la hora de poner en marcha y mantener la Pastoral Vocacional de la Provincia. No os canséis de insistir en ello, pues así estaréis poniendo los cimientos sobre los que más adelante, todos los hermanos, podremos trabajar con orientación y con criterios comunes en la construcción de un futuro sólido para nuestras Provincias y para la Orden.

 

3.3.      La CIC: unidad y pluriformidad en Pastoral Vocacional

 

Permitidme para terminar, esta parte referida a los Ministros Provinciales y Definidores, hacer una mención expresa, en clave constructiva y fraterna, a la necesaria colaboración entre todas las Provincias de la CIC en Pastoral Vocacional.

 

Sé que éste es un tema muy delicado, pero no por ello debo evitarlo. Creo que el principio válido para toda la Orden de "unidad y pluriformidad", también es válido para nosotros. Reconociendo la riqueza de pueblos, culturas y espiritualidades, que existen en nuestra Conferencia Ibérica de Capuchinos, uno de los mejores servicios que podremos hacer desde el presente y para el futuro, es buscar todo aquello que nos una y nos potencie. Sólo asumiendo lo diverso, respetando lo pluriforme, sin obligarnos a aceptar y practicar todos lo de todos, es como podremos reconocer y aceptar la inmensa riqueza de experiencias, de proyectos, de sugerencias y de actividades, existentes en nuestras provincias, sabiendo utilizarlas y compartirlas fraternalmente. Así la Pastoral Vocacional de la CIC y como consecuencia de cada una de las Provincias , se vería potenciada y enriquecida y descargada de trabajos y esfuerzos que ahora realizamos por separado y con grandes sacrificios. Si nos uniéramos, en aquello que sea posible, podríamos hacerlo mejor y con menos esfuerzos e incluso recogeríamos mayores frutos.

 

Y para que todo esto sea una realidad en la CIC, vosotros hermanos Provinciales y Definidores, podéis jugar un papel vital, pues sois vosotros los que normalmente os reunís, os veis, presidís comisiones, etc. Por eso permitidme un consejo fraterno: id hacia lo positivo, hacia lo que nos potencie, hacia lo que nos una, hacia lo que nos permita trabajar más y mejor. No perdáis el tiempo en "dimes y diretes", sino mirad al futuro, pensad en lo que podéis hacer durante vuestros años de servicio para reavivar nuestra querida y pionera Conferencia Ibérica de Capuchinos.

 

 

ANEXO

 

A NUESTRO HNO. AURELIO LAITA, DEFINIDOR GENERAL

 

No pretendo con esta referencia a ti cumplir con el protocolo, ni quedar bien. De ahí que simplemente de hermano a hermano, y atreviéndome a hacerlo en nombre de todos los presentes, y dentro del contexto de mi exposición, quiera decirte sencillamente que tú también eres útil y necesario para la Pastoral Vocacional de la CIC, por los siguientes motivos: Por tu amplio y cualificado trabajo en el campo de la formación, en donde incluimos la Pastoral Vocacional; por tu experiencia como Guardián y Provincial; por tu sensibilidad ante el problema de las vocaciones; y especialmente en esta ocasión por ser nuestro Definidor General y por ello, animador de la vida y actividades de nuestra Conferencia.

 

Hno. Aurelio, necesitamos de tu ayuda y de tu estímulo fraterno para tomar conciencia, no ya del problema vocacional, cosa que todos sabemos, sino más bien de las grandes posibilidades que tenemos de mejorarlo e incluso de superarlo. Tal vez lo que más necesitamos de tí sean unas palabras que nos renueven el gozo de ser Capuchinos y de pertenecer a nuestras provincias, así como la esperanza en la venida de nuevos hermanos; unas palabras que nos exijan programar y realizar una auténtica Pastoral Vocacional al servicio del Reino y de los jóvenes que buscan su propia vocación; y finalmente también otras palabras que nos comprometan a desarrollar una colaboración real entre todas las Provincias de la CIC en este servicio vital de Pastoral Vocacional.

 

Por todo ello, tanto por ser hermano nuestro como por ser Definidor General, te consideramos muy útil y necesario para la Pastoral Vocacional de la Conferencia Ibérica de Capuchinos. Y como estamos seguros de tu ayuda y de tu apoyo, te lo agradecemos anticipadamente.

 

 

 

 

 

CONCLUSIONES

 

 

Tal vez algunos de vosotros tengáis la sensación de que mi relación ha sido demasiado positiva y optimista, dado que casi no he mencionado dificultades y problemas en la Pastoral Vocacional. Aunque sí que los he dejado entrever. Este estilo lo he escogido intencionadamente, teniendo presente a quién me dirigía y con qué fin. Me explico. Yo parto de un principio general: la persona que tiene una visión negativa de la vida difícilmente se podrá ilusionar y animar para vivirla. Pues bien, aplicando esto a nuestra realidad vocacional, yo estoy seguro que aquí todos conocemos las dificultades, las limitaciones y los problemas, bien sean a nivel personal, fraterno, provincial y de CIC, acerca de la Pastoral Vocacional. De ahí que yo me pregunte, ¿qué sentido tiene escarbar en la herida?, ¿qué vamos a ganar si nos centramos especialmente en lo que no somos ni hacemos?, ¿de dónde vamos a sacar ánimos y fuerzas si sólo vemos lo negativo? Todas estas realidades pesimistas ya las conocemos bien, incluso demasiado bien. Por lo general gastamos muchas energías en hablar y criticar sobre lo que no funciona, lo que aun nos falta, y por el contrario, gastamos pocas o nulas energías hablando y compartiendo lo bueno, lo que sí funciona, lo que hemos conseguido. De ahí que yo haya decidido, sin olvidar lo negativo y deficitario de nuestra Pastoral Vocacional, centrarme más bien en lo positivo, en lo que podemos conseguir, en aquello que nos de esperanzas, fuerzas y ánimos para trabajar en la Pastoral Vocacional.

 

Para terminar quisiera sugerir tres conclusiones, que nacen del mí más profundo convencimiento y que os las ofrezco como una pequeña contribución a nuestra Pastoral Vocacional:

 

1º         A pesar de vivir en un ambiente secularizado y materialista, Dios sigue y seguirá llamando a jóvenes a ser Hermanos Menores Capuchinos. De ahí que como decía San Francisco tengamos que tener una "esperanza cierta" en que Dios nos seguirá regalando nuevos hermanos, siempre y cuando nosotros seamos unos instrumentos sencillos y honestos de su llamada.

 

2º         Todos los Hermanos, sin excepciones, podemos y debemos trabajar en la Pastoral Vocacional, cada uno desde su testimonio y su servicio, ofreciendo aquello que sabe y puede. Con la certeza de que su colaboración es útil y necesaria para el buen funciona­miento de dicha pastoral, renovando así también la ilusión por vivir su propia vocación capuchina.

 

3º         Partiendo del máximo respeto y caridad hacia la diversidad de culturas y espiritualidades presentes en las Provincias que componen la CIC, debemos conseguir una real y efectiva colaboración entre todas ellas acerca de la Pastoral Vocacional. Sólo así nos valoraremos más y mejor, nos ahorraremos esfuerzos y medios, y sobre todo podremos potenciar nuestros trabajos y mediaciones en favor de los jóvenes vocacionados.

 

 

Gracias hermanos por vuestra fraterna atención.

 

Hno. Pedro Enrique

Prov. Valencia

 

 

 


     [1]  Cfr. Const. 16,2; IV CPO 60; PV-POST. 10; 33.

     [2]  Cfr. Const. 15,2; 16,2; PV-POST 10; 33.

     [3]  Cfr. PV-POST 10; 32.

     [4]  Cfr. Const. 15,2; 16,2.

     [5]  Cfr. Const. 14,4; 15,1; 15,3; PV-POST 9; 21ss.

     [6]  Cfr. Const. 14,1ss; 15,4; PV-POST 5.

     [7]  Cfr. Const. 14,4; PV-POST 8.

     [8]  Cfr. Const. 16,3; IV CPO 60; PV-POST 44ss.

     [9]  Cfr. Const. 16,3; 17,2ss; PV-POST 48ss.

     [10]  Cfr. PV-POST 25.

     [11]  Cfr. Const. 15,3.

     [12]  Cfr. Const. 15,2; 16,2.

     [13]  Cfr. Const. 16,3; PV-POST 47.

     [14]  Cfr. Const. 15,3; PV-POST 48ss.

     [15]  Cfr. Const. 114,1.

     [16]  Cfr. Const. 146,4.

     [17]  Cfr. PV-POST 26.

     [18]  Cfr. Const. 142,3ss.

     [19]  Cfr. Const. 5,4.

     [20]  Cfr. IV CPO 59.

     [21]  Cfr. PV-POST 27 y 28.

     [22]  Cfr. Const. 142,4.

 

 

 

PREGUNTAS PARA EL TRABAJO EN GRUPO

 

1.    ¿Qué ayudaría a cada Hermano a sentirse útil y necesario en la Pastoral Vocacional de la Fraternidad Local y de la Provincia ?

 

2.    Como Guardián, ¿ qué potenciaría la Pastoral Vocacional de tu Fraternidad Local ?  

 

3.         Desde el Definitorio Provincial, ¿cómo se podría desarrollar más eficazmente la Pastoral Vocacional Provincial ?

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