Te ofrezco dos trabajos míos sobre el
discernimiento, aunque estén
más indicado para formadores y
acompañantes vocacionales:
"EL DISCERNIMIENTO EN LA PASTORAL VOCACIONAL. Líneas para una praxis",
Tesina de Licencia,
Universidad Pontificia Salesiana, Roma 1990.
PdF
ACOMPAÑAMIENTO Y DISCERNIMIENTO VOCACIONAL, en:
“La Pastorale Vocazionale e il Postulato”, Ufficio
Generale della Formazione, Curia Generale Cappuccini,
Roma 1994, pp. 193-223.
Word
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¿CÓMO ENCONTRAR TU
VOCACIÓN?
En ocasiones te preguntas: ¿Cómo se yo desde que
vocación personal tengo que vivir mi
cristianismo?. La respuesta es con
el discernimiento vocacional, y siempre en la
oración y la reflexión personal.
a) Si deseas vivir tu vocación, y eres sincero y
valiente contigo mismo, pregúntale a Jesús:
Señor, ¿Qué quieres que haga con y
en mi vida?
¿Cuál es mi vocación?
¿Dónde podré servirte a Ti y a los demás más y
mejor?
b)
No existen "recetas mágicas" para
descubrir la vocación a la que Dios te
llama, pero te podrán ayudar mucho para
conseguirlo los siguientes consejos,
ahora de forma resumida, y a continuación más
comentados:
Oración
En la oración nos encontramos con Dios.
Haz una oración sencilla y de verdad,
pidiéndole al Señor que te ayude a ver y
responder a su llamada.
Necesidades de la Iglesia
La Iglesia necesita cristianos de
verdad, no de "cumplimiento", que vivan
su fe y su vocación auténticamente.
¿Cómo puedes tu responder a esta
necesidad?
Generosidad
Jesús fue generoso al entregar su vida
por nosotros. ¿En que vocación tú puedes
servir a Dios y al prójimo más y mejor?
Pensando más en dar que en recibir.
Poder y querer
Cuando Dios llama a una vocación da las
capacidades para vivirla bien, con
serenidad y equilibrio, pues de lo
contrario no le llamaría. Mira tus
"dones y talentos".
Sinceridad y valentía
No puedes engañar ni a Dios, ni a ti
mismo. Con libertad y responsabilidad
intenta descubrir y responder a tu
propia vocación, a la que el Señor te
llama.
Confiar en Dios
Pon lo que está de tu parte para
encontrar y seguir tu vocación y Dios te
ayudará siempre a vivirla. Dale al Señor
un "cheque en blanco", lleno de
confianza.
Amigo, serás feliz y te realizarás como
hombre y cristiano, si encuentras y
vives tu propia vocación, a la que Dios
te llama. Se valiente y sincero, pues
está en juego tu vida y tu felicidad.
!! Animo y adelante !!
Veamos ahora lo mismo,
pero para que te sea más útil, con el deseo de
PROFUNDIZAR
Se que es un poco irresponsable por mi parte
hablar de este tema en tan poco espacio. Pues
intentar presentarte el “discernimiento
vocacional” brevemente es algo imposible. Pero
lo intentaré, al menos las ideas principales y
lo que más tienes que recordar. Pero por el
momento veamos aquí y ahora lo más esencial de
mismo.
Te recuerdo que el cristiano que busca su
vocación tiene preguntarle al Señor: ¿Qué
quieres que haga con y en mi vida? ¿Cuál es mi
vocación? ¿Dónde podré servirte a Ti y a los
demás más y mejor? Pues bien existen unos
medios de
búsqueda y discernimiento (que significa
distinguir y decidir con acierto) para encontrar
las respuestas adecuadas. Pero, ¡ojo!: No
existen “formulas, ni recetas” exactas y mágicas
para ello, al final todo se resumen en una
cuestión de amor, generosidad y confianza en
Dios. Pero a título orientativo podemos ver unas
sugerencias.
- La
oración, que nos lleva a un
encuentro con Dios. Sólo desde y en la
oración podrás descubrir lo que Dios quiere de
ti. No te preocupes mucho sobre cómo orar, lo
importante es que ores, que dediques un poco de
tu tiempo al Señor, en silencio y con amor.
Preguntándole y escuchándole. Ah!, también
tienes en esta página Web vocacional un amplio
apartado dedicado a la oración.
- Querer
responder a las necesidades del hombre y la
Iglesia de hoy. En cada época de la
historia Dios llama a hombres y a mujeres para
que desde su opción cristiana y vocacional
contribuyan a mejorar la vida de las personas.
Por eso tienes que descubrir cual puede ser tu
aportación a las necesidades que tiene la
sociedad y la Iglesia de hoy.
- Pensar
más en dar que en recibir de los demás:
Generosidad. Jesús entregó
su vida generosamente, no se conformó con lo
mínimo. Así que nosotros estamos también
invitados a ser generosos con la nuestra. Por lo
tanto cuando pienses en una posible vocación
hazlo buscando en cuál tú puedes darte más y
aportar más a los demás, y no en cuál estarás
más cómodo y tranquilo. Se generoso y no olvides
que Dios promete el “ciento por uno”.
- Poder
y querer vivir como... una de las
vocaciones particulares (Matrimonio, Sacerdocio,
Laico Consagrado y Religioso.) pues si se quiere
pero no se puede es señal que esa no es tú
vocación. Me explico. Una cosa es querer ser
generoso y entregado en una determinada
vocación. Pero siempre que no te provoque una
inestabilidad y problemática, y ni te quite un
equilibrio y una serenidad. Por ejemplo. Tu
quieres entregarte como sacerdote, religioso o
laico consagrado, pero el hecho de no compartir
tu vida con una mujer ni formar tu propia
familia crea en ti un desasosiego vital
importante, pues bien, eso es signo que Dios no
te llama a ello, te quiere para que sea un
fenomenal esposo y padre. Y al igual podría
ocurrir si te planteas casarte y formar tu
propia familia, y eso hace que te sientas como
“limitado y reducido” en tu capacidad de amar a
todos, pues bien, tal vez Dios te este llamando
a una vocación de amor y entrega más universal.
O sea, para saber cuál es tu vocación tienes que
“querer y poder” vivir sus propias
características con un cierto equilibrio y
serenidad personal.
- Ser
sincero y valiente con uno mismo y con
Jesús, pues no te podrás engañar. Yo creo que
en la vida una de las cosas más importantes es
la honestidad y la sinceridad. Haz lo que
quieras pero, por favor, no te engañes, pues al
final tendrás que encontrarte contigo mismo. Y
si esto vale para ti, mucho más vale en tu
relación con Dios. Una cosa es que Él siempre
respetará tu decisión y te amará
incondicionalmente, pero otra casa es que
intentes engañarlo, y hacer que te “diga lo que
tu quieres escuchar” y no lo que “te quiera
decir de verdad”. Quiero recordarte que Dios te
ha dado muchos valores y dones, eres su hijo
querido, así que ánimo en tu búsqueda y
decisión. Estoy seguro que puedes lograrlo.
- Y finalmente, lo principal:
Confiar en Dios,
es decir, no creer que por nosotros solos lo
podemos conseguir y muchos menos mantenernos
fieles hasta el final. Tu ten confianza en Él.
Pon sinceramente todo lo que puedas de tu parte,
aunque creas y sepas que tus fuerzas son
limitadas, las mías también, y las de todos. El
perfecto aún no ha nacido, solo es Dios, y por
gracia la Virgen María. Así que confía en Dios,
y déjalo en las manos de Dios. Él te dará las
fuerzas para vivir y ser fiel a tu propia
vocación, a la que Él te llama.
Para terminar solo decirte que todas esta
sugerencias están unidas, interrelacionadas e
interdependientes. Todas ellas en su conjunto te
ayudarán a encontrar tu propia vocación.
Para tu reflexión personal
¿Cómo es tu experiencia de oración?
¿Qué necesidades detectas en la sociedad y en la
Iglesia?
¿Hasta dónde llega tu “generosidad”?
¿Qué vocación crees que podrías vivir?
En tu camino de búsqueda y discernimiento: ¿Eres
valiente y sincero contigo mismo?
¿Cuentas con Dios o sólo con tus fuerzas?
¿ Cómo se yo si
lo que siento es de Dios o no ?
Con el
discernimiento espiritual, y recuerda, siempre
en la oración y la reflexión personal. Y,
como te decía antes, en el discernimiento
no existen "recetas mágicas"
te podrá ayudar
tener presente, en líneas generales,
las
siguientes indicaciones sobre "la vivencia
personal y lo que Dios quiere de ti":
Primera
forma
práctica (más
general y sencilla):
Yo ante el discernimiento puedo
tener dos actitudes personales:
1ª)
Cuando busco de verdad la
voluntad de Dios:
- Aquello que me produce paz
es signo de Dios.
- Aquello que me produce
disgusto, turbación no es signo
de Dios.
2ª)
Cuando no quiero buscar de
verdad la voluntad de Dios, sino
la “mía”:
- Lo que me gusta, me agrada, me
da paz no es signo de Dios.
- Lo que no me gusta, me da
miedo, me compromete es signo de
Dios.
Segunda
forma
práctica (más
compleja, pero válida):
Yo ante el discernimiento puedo
tener dos actitudes personales:
1ª)
Cuando busco de verdad la
voluntad de Dios, pero estay
viviendo...:
Si yo me encuentro en un
momento bueno, con bienestar,
etc:
- Aquello que me produce paz,
serenidad no es signo de Dios.
- Aquello que me produce
intranquilidad, disgusto, es
signo de Dios.
Pero si yo me encuentro en
un momento malo, con
tribulación, etc:
- Aquello que me produce paz es
signo de Dios.
- Aquello que me produce
disgusto, turbación no es signo
de Dios.
2ª)
Cuando no quiero buscar de
verdad la voluntad de Dios, sino
la “mía”:
- Lo que me gusta, me agrada, me
da paz no es signo de Dios.
- Lo que no me gusta, me da
miedo, me compromete es signo de
Dios.
Para terminar este apartado de "sugerencias"
para tu discernimiento vocacional te ofrezco dos
oraciones:
Oración de San Francisco ante el
Crucifijo de San Damián
¡ Oh alto y glorioso Dios !
ilumina las tinieblas de mi corazón.
Dame fe recta, esperanza cierta,
caridad perfecta;
acierto y conocimiento, oh Señor,
para cumplir tu santo y veraz mandato.
Amén.
Oración
de Charles de Foucauld
Padre, me pongo en tus manos,
haz de mí lo que quieras:
sea lo que sea, te doy las gracias.
Estoy dispuesto a todo,
lo acepto todo,
con tal que tu voluntad se cumpla en mí
y en todas tus criaturas.
No deseo nada más, Padre.
Te confío mi alma,
te la doy con todo el amor
de que soy capaz,
porque te amo y necesito darme,
ponerme en tus manos sin medida,
con una infinita confianza,
porque tú eres mi Padre.
Amén.
(yo le llamo el "Padrenuestro vocacional")
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Te
recomiendo especialmente
El material utilizado en una
CONVIVENCIA VOCACIONAL
y que puedes reutilizar con
total libertad.
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